martes, 16 de septiembre de 2008

60 ARTISTAS REUNIDOS EN LA EXPOSICIÓN ITINERANTE "EL VIAJE A NINGUNA PARTE"

Obra de José Manuel Pérez Tapias, titulada Al final del camino.

LA EXPOSICIÓN ORGANIZADA POR NEILSON GALLERY SE PUEDE VER HASTA EL 26 DE OCTUBRE EN EL BALUARTE DE LA CANDELARIA DE CÁDIZ.

Para no llegar a parte alguna

El viaje a ninguna parte es una metáfora viva, pero también visiva ―traída de la mano del cinematógrafo―, porque alude al continuo fluir de la imaginación hacedera, y sobre todo nos remite a ese venero líquido que es el ojo, fuente de donde mana y corre toda visión, toda poesía visual, toda poesía no del todo silenciosa. Viaje es palabra cuyo significado alude, en una de sus acepciones, a camino por donde se hace; aunque, no deba olvidarse, desde este mismo momento, que la primera condición para hacer camino es que no lo haya. Caminante no hay camino… Es esto a lo que parece apuntar El viaje a ninguna parte, a una búsqueda sin término, a un camino sin fin, pero del que se nos va dando cuenta del inexorable paso del tiempo, de cada andadura, tanto de la que está por darse, como de la que dejamos atrás, sin solución de continuidad. Esta muestra reúne, doblemente, este cumplimiento: de un lado, obra de varia intención, en soportes distintos, marcada por un expresivismo visual en el que sorprende la indagación frente a los diferentes modos de ver el asunto; y, de otro, modos de resolver, en los que la visión imaginante parece irse deslizando, entre el azar y la curiosidad desmandada, con una pulcritud de concepto próxima y actual. El viaje a ninguna parte señala, también, el diferente modo de acercamiento que estos artistas hacen a la producción reciente de las artes visuales.

Francisco Lira (Fuente: Neilson Gallery).

Al final del camino.

Los zapatos perdidos que a veces podemos encontrarnos en un simple paseo nos pueden introducir en un proceso de reflexión sobre el objeto en sí mismo y el paso del tiempo, sobre el deber cumplido a la persona que acompañó en sus procesos vitales, la incógnita de sus poseedores, o sobre el bagaje en los caminos recorridos. Son zapatos encontrados en alguna cuneta, olvidados en algún paraje desolado, o perdidos en alguna orilla de río. Cuando aparecen quizá nos preguntemos sobre su lejano paradero, de qué persona habrá sido, o qué habrá sido de sus vidas, pasándonos por la mente al mismo tiempo, todo ese mundo incierto que nos atrae en nuestro silencio, y más si cabe cuando han sido inexorablemente castigados durante años por el tiempo, la lluvia, la humedad o el fuerte sol. Son objetos que nos acompañaron a lo largo de nuestras vidas, que cumplieron con más o menos acierto su cometido y que llegado su momento fueron desechados por inútiles. Con el paso del tiempo denotan referentes y recuerdos, transportándonos a otras épocas, igual que ocurre con gafas, relojes, o prendas de vestir, aunque los zapatos guardan su interés en el momento en que han estado en contacto con el suelo, con la tierra, y con la materia que pisamos; han sido la base de nuestra andadura. Los zapatos –y nuestros pies-, nos dan la huella, la pista, nos delatan de alguna forma sobre nuestra persona, nuestros acontecimientos y nuestra vida. Cada horma, cada pie, tiene su zapato, hasta el punto de llegar a establecer una relación estrecha con ellos, tanto, que a veces algunos hemos salvado o prolongado en uso a pesar de su imparable deterioro. Todo tiene un tiempo, un ciclo. Los zapatos no se libran del proceso existencial y se muestran, al final de su camino, como toda materia que se transforma. Así fueron recogidos, en su estado natural, e introducidos en botes cerrados, aislados, perpetuando su memoria y rescatados de su desaparición casi total, cada uno con una historia que no lograremos adivinar pero que como todo lo viejo y usado por el hombre tiene su atracción inmediata. Se muestran a su vez acompañados con la materia orgánica que conocieron o que le acompañaron en su deterioro final, y que nos ayudarán a imaginar su contexto vital.

José Manuel Pérez Tapias, 1 de agosto de 2008.
-

No hay comentarios: