miércoles, 4 de julio de 2012

155 ANIVERSARIO DEL NACIMIENTO DE LA DIRIGENTE COMUNISTA CLARA ZETKIN



EN FAVOR DE ACCIONES EXTRAPARLAMENTARIAS DEL PROLETARIADO

Discurso pronunciado en el Congreso del Partido socialdemócrata alemán celebrado en Múnich el 18 de setiembre de 1902

Quisiera aconsejaros calurosamente que aceptarais la propuesta de nuestros amigos berlineses, con respecto a la petición de que se consigan las ocho horas de trabajo, y esto no lo digo absolutamente en el sentido de quien quiere dar a esta postura y a su aceptación el indeterminado valor de un voto de desconfianza, o de un aunque sea levísimo reproche en relación a la pasada actividad de nuestros representantes parlamentarios. Percibo en las propuestas, relativamente numerosas, acerca de la consecución de la jornada de trabajo de ocho horas, un vigoroso impulso hacia el perfeccionamiento de la defensa jurídica de los trabajadores y, sobre todo, una expresión de la impelente necesidad y de la firme voluntad de lucha de la clase obrera. Si en el curso de los últimos años se ha insistido menos en materia de protección del trabajo que en otro tiempo, ello se debe en gran parte a la circunstancia de que la época de coyuntura favorable ha provocado que la necesidad de reformas estuviera menos presente en la consciencia de las masas proletarias. Esta consciencia se ha visto modificada por el espectro de la crisis que se ha situado como un gigante delante del proletariado. De hecho, la crisis con sus consecuencias, impone también una nueva tarea en los sindicatos al proletariado combativo. Sin lugar a dudas, todos nosotros sentimos muchísima simpatía ante el movimiento sindical, y la expresión de esta simpatía no se limita a palabras vacías. Demasiado bien sabemos que el movimiento político y el movimiento sindical se complementan entre sí, que uno penetra en el otro, y viceversa; pero la crisis hace mucho más difícil la vida de las luchas sindicales, y por tanto es de desear que la actividad del sindicato se aligere con la actuación de la ley sobre la protección del trabajo. Pero también existen otros motivos que nos inducen a poner en primer plano la mejora legal de la relación de trabajo. Recuerdo la tarifa aduanera y la vergonzosa traición que el Centro perpetró contra los trabajadores con su actitud al respecto. Hoy como nunca el Centro se encuentra en la necesidad de hacer por lo menos alguna cosa para promover una actividad de reformas sociales auténticas, lo cual es en realidad la única alternativa que le queda si quiere seguir manteniendo su aureola de amigo de los trabajadores de la que se ha circundado y que ahora, más que nunca, corre el riesgo de comprometer por todas las omisiones cometidas en este sector de su actividad. De una forma o de otra, el proletariado en lucha debe recoger los frutos de la situación bajo la forma de una enérgica actitud del Centro en favor de las reformas, ya que de lo contrario se descalificará irreversiblemente.
Y, por otra parte, la usura de los aranceles de aduana (Zollwucher) llevará sin lugar a dudas a una victoria tan rotunda de la socialdemocracia en las próximas elecciones, que suscitará en el campo burgués aquel sagrado terror, que es lo único que puede colocar ocasionalmente a la burguesía en una actitud reformista. Sabemos perfectamente que es necesario utilizar la política del bastón con los partidos burgueses, y que sólo el miedo al proletariado les puede conducir hacia una política reformista. Así como antiguamente los verdugos solían decir: «Queridos señores, ¡nosotros sólo trabajamos para vosotros!», también después de las elecciones, la socialdemocracia podrá decir a los verdugos: «¡Solamente habéis trabajado para nosotros»! Esta situación nos permitirá ejercer desde el exterior una enérgica presión sobre el parlamento.
El corresponsal de la Neue Zeit en Berlín, el compañero Mehring, por cuyos artículos de fondo ya merece ser leído el periódico, ha llamado acertadamente la atención sobre el hecho de que el Zollwucher creará una situación altamente favorable para la acción extraparlamentaria de las masas, situación que debería ser aprovechada para conseguir avances importantes en el plano político y social.
Pero esto no es lo más importante. La situación también será favorable para que nuestro partido se desarrolle. En el seno del mismo se afirmará de nuevo una valoración más correcta de la actividad parlamentaria y de la actividad extraparlamentaria del proletariado. Esta resituación de valores a favor de la acción extraparlamentaria representa, a mi parecer, una extraordinaria ventaja para el desarrollo político de la lucha de clases. Se tiene prácticamente la impresión de que todas las propuestas hechas en esta sede padezcan de un excesivo optimismo en lo que respecta a los frutos del trabajo parlamentario y subvaloren por el contrario lo que puede obtener la acción política extraparlamentaria del proletariado.
Un planteamiento de este tipo emerge sobre todo de los notables artículos de Parvus. Por muy apreciables e insustituibles que sean las acciones de nuestros representantes en el parlamento, sea cual fuese su modo de expresarse y sean cuales fueran sus argumentos de persuasión, no podrían conseguir nada de las clases dominantes si no les sostuviera desde el exterior la presión de un proletariado organizado, adiestrado y rico en experiencias.
Por todo ello comprendo el comportamiento de la fracción, que debe dar impulso a una enérgica movilización, a la promoción de la actividad fuera del parlamento. Como el gigante Anteo que volvía a conseguir el perdido vigor cada vez que sus hombros tocaban la tierra patria, así las fuerzas de la socialdemocracia crecen y se extienden en la medida en que se pone en íntimo contacto con las masas.

Fuente: Bolchetvo

Clara Zetkin, de soltera Clara Eissner (5 de julio de 1857 - 20 de junio de 1933), fue una política comunista alemana muy influyente, así como una luchadora por los derechos de la mujer. Militó en el Partido Socialdemócrata de Alemania hasta 1917, momento en el que ingresó a la Liga Espartaquista, ala izquieda del Partido Socialdemócrata Independiente de Alemania (USPD), que posteriormente formaria el Partido Comunista de Alemania (KPD). Fue miembra del Reichstag por KPD durante la República de Weimar desde 1920 a 1933
A causa de la prohibición de las actividades socialistas en Alemania dictada por Otto von Bismarck, Zetkin se refugió en Zúrich en 1882, pasando luego a París, donde jugó un importante papel en la fundación de la II Internacional. Tomó el nombre de su marido, el revolucionario ruso Ossip Zetkin, con quien tuvo dos hijos. Posteriormente, Clara Zetkin estaría casada con el artista George Friedrich Zundel desde 1899 hasta 1928.
Entre 1891 y 1917 editó el periódico Igualdad y en 1907 se convirtió en líder de la nueva Oficina de la Mujer del SPD. Fue ella la que decidió que a partir del 8 de marzo de 1911, dicha fecha se considerara el Día Internacional de la Mujer.  Junto con Rosa Luxemburgo fue una de las principales figuras del ala más izquierdista del SPD, oponiéndose a las tesis revisionistas de Eduard Bernstein en el debate que tuvo lugar al inicio del siglo XX.
Cuando los Nazis tomaron el poder, el Partido Comunista fue ilegalizado y Zetkin se exilió de nuevo, esta vez en la Unión Soviética, donde murió el 20 de junio de 1933 en Moscú, a la edad de 76 años.

Fuente: www.marxists.org

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