martes, 2 de agosto de 2016

EL DISCURSO DE ALLENDE A LOS PERIODISTAS



EL DISCURSO DE ALLENDE A LOS PERIODISTAS
El siguiente es el texto del discurso pronunciado por el Presidente Salvador Allende ante la Primera Asamblea Nacional de Periodistas de Izquierda, celebrada los días 9, 10 y 11 de abril de 1971 en Santiago:
Saludo en forma muy cordial y afectuosa a los compañeros que han venido de distintas provincias de Chile, y saludo a los organizadores de esta Primera Asamblea que tiene una extraordinaria importancia, y destaco que la significación de ella hace que con toda razón estén presentes aquí los compañeros y amigos, que representan a los partidos y movimientos populares que forman la base política del Gobierno. Al Ministro, compañero Carlos Cortés, y a los parlamentarios populares que vienen también a señalar la significación que ellos comprenden tiene esta extraordinaria Asamblea de ustedes.
Por cierto que no podían estar ausentes los trabajadores, y de allí los representantes de la CUT, y sobre todo, es justo señalar la presencia de representantes de los asentamientos. Saben los campesinos que ahora ellos no pueden estar ausentes de ninguna asamblea donde el pueblo, en este caso, el pueblo periodista, se reúne para discutir los problemas de la patria y del futuro nuestro.
Quiero, en primer lugar, también agradecer el esfuerzo, el espíritu de sacrificio, el empeño que pusieron muchos de ustedes, la inmensa mayoría de ustedes, en las distintas batallas que hemos dado y fundamentalmente en la lucha del pueblo de Chile que significara la victoria del 4 de septiembre.
Quiero decir que es tanto o más meritorio este esfuerzo, ya que era muy difícil que ustedes pudieran actuar frente a la prepotencia a la intransigencia de los dueños de los medios de información y por lo tanto contribuyeron ustedes, no tanto a la victoria de un hombre, sino a la victoria del pueblo. Pienso que esta asamblea tiene extraordinaria importancia. Y a mi juicio, ella es el comienzo de lo que hemos llamado la Operación verdad y además, quiero que ustedes sepan que a mi juicio esta Operación Verdad, que traerá a Chile a periodistas a escritores, a artistas, a intelectuales de distintas latitudes del mundo, debe contar con el patrocinio fundamentalmente de ustedes. No queremos que se pretenda que es una iniciativa del Gobierno. Queremos que los que aquí lleguen, sobre todo, puedan dialogar y sepan que son periodistas, artistas y escritores los que les dirán los senderos que deben recorrer para comprender con exactitud el proceso que vive nuestra patria. Por eso yo les pido a ustedes que coloquen como una de las tareas primordiales el ser ustedes el gran pilar de esta Operación Verdad, que va a permitir deshacer la imagen turbia con que han querido presentarnos en el exterior, y señalar también cómo Chile en su lucha es y sigue siendo una democracia formal, que queremos transformar sí en una auténtica democracia económica y social.
Bueno, me parece a mí que poco hay que agregar a las intervenciones profundas, de gran contenido, y justa Interpretación de la realidad del proceso que vive Chile, y del trabajo de ustedes en la sociedad burguesa, después de las palabras de mis amigos y compañeros Manuel Cabieses y Felidor Contreras. De todas maneras es justo reafirmar, como todos sabemos perfectamente bien, que los medios de comunicación de masas en esta sociedad, constituyen ventajas materiales para aquellos que son -y con razón se les ha llamado así- los industriales de la noticia.
Sabemos entonces, cuán duro y difícil es para el periodista que tiene un pensamiento revolucionario, que tiene una ideología, el tener que trabajar y verse limitado en las posibilidades de exponer sus ideas, en empresas cuya 'actitud está destinada a defender los privilegios de unos pocos y a negar el derecho de los más. Y también, lamentablemente, muchas veces, a negar la necesidad imperiosa que Chile alcance los contornos de un país independiente en lo económico y soberano plenamente en lo político. Por eso es que también me parece justo señala que el objetivismo como tal, no puede existir, si pensamos que en esta sociedad burguesa, hay y tiene que haber un enfrentamiento entre grupos y sectores, entre clases sociales y que han sido las clases minoritarias las que han detentado el poder, las que han comprado el poder, las que defienden sus granjerías y privilegios, las dueñas a su vez de los medios de prensa y de información. Por eso es que es necesario insistir también en que el periodista de izquierda tiene que 'sentirse cada vez más comprometido con la lucha del pueblo, con la lucha de los trabajadores. Más comprometido con la gran batalla de Chile. Yo lo he expresado reiteradamente, y yo creo que ustedes, por el alto nivel cultural e intelectual lo comprenden perfectamente bien y más que otros.
Esta batalla nuestra, ni es la lucha de un hombre, ni es la batalla de un grupo de Partidos, es la gran contienda de un pueblo que quiere romper la dependencia económica que implica dependencia política. Es la gran batalla histórica por hacer de Chile una patria de los chilenos. Es la gran batalla histórica por transformar una sociedad, por hacer los cambios estructurales que hagan que el hombre no explote al hombre. Es la gran batalla por una nueva sociedad. He dicho que el pueblo, y sólo el pueblo organizado, disciplinado y consciente puede lograr este éxito que implica hacer un proceso revolucionario. Y ustedes forman parte del pueblo. Ustedes son el pueblo. Un sector del pueblo que ha logrado, a pesar del régimen y el sistema, la posibilidad de prepararse más, de alcanzar niveles intelectuales y culturales, también superiores. Por lo tanto, ustedes tienen que ser la vanguardia de un pensamiento revolucionario, mantenido y acrecentado en las diarias luchas que estamos dando. El periodista de izquierda tiene Que saber que tiene que estar comprometido, entonces con este combate sin tregua y sin cuartel que nosotros damos para hacer de los chilenos un pueblo libre y dueño de su propio destino. De allí, entonces, que también sea justo señalar que en este instante los periodistas de izquierda deben aprender que es más difícil todavía su batalla, y nuestra batalla. Nuestra batalla digo, porque pienso y sostengo lo que es verdad, que ustedes son también, porque son pueblo, parte del Gobierno y este es el pueblo hecho Gobierno y es Gobierno del pueblo. Sin embargo, no hay que olvidar que la vía que llamamos, y con razón, chilena, rompe los tradicionales esquemas. Y estamos dando las batallas dentro de los marcos de la democracia burguesa, y las leyes que esta democracia burguesa dictó. Y dentro de esto estamos buscando los cauces y los caminos para hacer posible las grandes y profundas transformaciones que Chile reclama y necesita en el campo económico, en el campo social, en el campo político. Y hay que anotar, entonces, que nos hemos comprometido a respetar la libertad de información. Hay que entender que nosotros no buscamos el monopolio de la información. Y por lo tanto la lucha que da el Gobierno del pueblo dentro de los marcos que he señalado, es mucho más difícil que la que han dado otros pueblos, que por los caminos de la insurgencia, o de las armas en la mano, han alcanzado el Gobierno y el poder. Nosotros estamos limitados voluntariamente, por los compromisos contraídos y por lo tanto ustedes, compañeros periodistas de izquierda, saben perfectamente bien que otros seguirán contando con sus medios de información, que otros seguirán contando con los medios de difusión que les permitirán llevar, tergiversada, la informacn e interpretar torcidamente las actitudes del Gobierno. Por eso la batalla de ustedes, y nuestra batalla, es mucho más dicil. Por !lo tanto, se necesita una gran conciencia pol1tica, elevar el nivel de las masas y hacer de cada periodista de izquierda, un hombre no sólo comprometido en el ejercicio de su profesión con la tarea revolucionaria del Gobierno Popular y del pueblo de Chile, sino un hombre vinculado a las masas populares para llevar, además de las horas de su tarea, el trabajo voluntario de elevar el nivel político de la inmensa mayoría de los chilenos, para que comprendan el paso histórico y la resolución histórica que hemos adoptado. De allí, entonces, que sea inútil también precisar, en esta asamblea, qué debe entenderse por el gremialismo. Y cómo detrás de esta actitud, muchos pretenderán ahora, turbia, disimulada o claramente, evitar un pronunciamiento definitorio de lo que debe ser una auténtica función gremial. Lo ha dicho aquí el compañero Felidor Contreras: "No son los periodistas de izquierda la inmensa mayoría, ni controlan los organismos gremiales, deben por lo tanto acentuar el diálogo con aquellos otros que todavía no comprenden el paso revolucionario que Chile ha dado y seguirá dando". Por ello, junto con saludarlos a ustedes como lo hiciera al comienzo de mis palabras, quiero enviar un saludo a los periodistas de la democracia cristiana, que tuvieron la valentía y el coraje de expresar su solidaridad con los periodistas de izquierda para señalar que ellos también comprenden la lucha antimperialista y revolucionaria que el pueblo y el Gobierno de Chile tienen por delante y en la cual están empeñados.
Quiero entonces señalar, que es la unidad. primero de los periodistas de auténtica izquierda, probados ya en tantos combates, y quiero que se entienda también que es en el pensamiento de los problemas gremiales, pero auténticamente definidos, en donde está la posibilidad de lograr que cientos de periodistas vengan a engrosar nuestras filas, cuando tomen conciencia de su propia situación. Porque, qué duro debe ser la frustración de tanto periodista, limitado, como lo dijéramos hace un instante, por los intereses de' los industriales de la noticia. De allí entonces que hay que llevar al gremio de ustedes la batalla en que están empeñados, para conquistar sobre la base de la discusión, del respeto de las otras ideas, pero con la firmeza de las nuestras, a más y más periodistas que hoy día están en el límite vacilante de no adoptar una posición, pero con el ejemplo de la lucha de ustedes, con la posición de las ideas del programa, con 1a convicción de que luchamos por un interés mayor, seguramente aquellos que aún no están con nosotros, vendrán mañana a engrosar la gran acción de ustedes.
Quiero al mismo tiempo señalar que si acaso planteamos esta posición gremial, el Gobierno como tal, ha tenido, con los periodistas, y por cierto con las empresas que nos combaten, en forma diaria y con procedimientos distintos, un absoluto respeto y una excesiva tolerancia. Cuando digo excesiva tolerancia, yo sé que mañana dirán que hay una amenaza. No. Lo quiero destacar, para demostrar cómo un pueblo y un Gobierno, no tienen temor cuando saben que el pueblo comprende lo que el Gobierno está realizando.
Hay, por ejemplo, una radioemisora cuyo presidente es un extranjero y lo voy a decir, la radio Balmaceda. Ese canal está caducado en su concesión hace dos años. Pude como Presidente de Chile, colocar en la frontera al extranjero que paga gente para que denigre al pueblo, a Chile y a su Gobierno y pude cerrar ese canal, porque está caducada su concesión. No lo hice, por desprecio y porque sé que lo que allí se dice no alcanza a la recia convicción del pueblo de Chile.
He tenido una sola actitud, y aquí debo explicarla: ayer se lo expuse a los dirigentes nacionales y regionales del Colegio de Periodistas. Fui yo el que expresé al compañero Jefe de Prensa de La Moneda, que dijera que no aceptaba que en una entrevista, en una conferencia de prensa, en que iban a estar periodistas extranjeros y periodistas que cubren las informaciones de La Moneda estuviera un representante de la revista SEPA, y quiero que se "sepa" por qué lo hice. Esa no es una revista informativa. Es un pool de revistas sediciosas que desde la primera hasta la última línea, no sólo deforman, calumnian y mienten, sino que han estado fomentando un clima destinado a resquebrajar las bases institucionales .del país, Nada ha estado ausente en cuanto a procedimientos y nadie ha escapado a la injuria y a la calumnia. Yo no puedo aceptar que en mi casa, porque es la casa que el pueblo me entregó, por lo menos durante seis años -y que lo sepan que los voy a cumplir muy bien los seis años- digo que no estoy dispuesto a tener una actitud que entrañarla falta de virilidad, y más que eso, falta de dignidad. Yo no puedo aceptar, en la casa que ocupo, que es la casa de los Presidentes de Chile, que se paseen por sus pasillos y que tengan que encontrarse con delincuentes, porque esos no son periodistas. Esta actitud ni es prepotencia ni es atropello. Allí están, y con legítimo derecho el resto de los periodistas de todos los diarios de oposición, y tampoco he prohibido o he dicho que no se les dé acceso, inclusive al sitio donde se reúnen los periodistas de La Moneda. Lo que he dicho es que yo no tengo, y perdonen la expresión que voy a usar, las aguantaderas que podrían tener otros, para tolerar que en mi propia casa, en mis pasillos, en las piezas o en el escritorio donde yo tengo que trabajar diariamente, haya este tipo de representantes que no son periodistas ni tampoco representantes de revistas que informen. Aquí hay un proceso sedicioso en marcha y por eso convoqué al pueblo, y por eso lo he denunciado y este proceso sedicioso tiene como base fundamental, la tergiversación de los hechos en escala nacional y en escala internacional. Por eso los periodistas de izquierda deben tener conciencia de eso y por eso tampoco es aceptable que sobre la base de un gremialismo, se pueda permitir la impunidad para los que atentan contra el pueblo, contra Chile y contra el Gobierno que el pueblo ha elegido.
Quiero señalar que los periodistas de izquierda, y por primera vez somos Gobierno cuentan hoy con más medios en donde actuar en donde trabajar y en donde producir. Quiero señalar que tienen más posibilidades de acceso a la técnica. Y que esta hay que depurarla, hay que mejorarla. Anhelamos que los periodistas de izquierda tengan los mejores elementos y tengan la mejor preparación. Queremos y anhelamos que ustedes, además de su posición de izquierda, sean reconocidos por el valor profesional que tienen, por la acción que desempeñan, no sólo por la fuerza de sus convicciones, sino, reitero, por la preparación que deben tener. De allí que el periodista de izquierda tiene la obligación de estudiar más, de prepararse más, de tener más solidez para darle también más solidez a sus comentarios, al contenido de sus articulas, a la propia crónica que diariamente realizan. Pienso que es obligación también de los periodistas, trasladar a las masas la información, y buscar los medios para que esa información llegue en la forma más amplia posible y pienso como aquí también se señalaba, que los periodistas de izquierda, junto con cumplir la tarea que deben desempeñar en los medios Informativos, están obligados a realizar un trabajo voluntario. Quiénes mejor que ustedes para poder elevar la conciencia política de los sectores populares. Quiénes mejor que ustedes para enseñarle al pueblo en la población marginal, o en la población callampa, el porqué de una información o de un comentarlo. Quiénes mejor que ustedes para hacerles entender los vínculos que tienen las empresas y las agencias informativas y el negocio que se hace con la noticia. Quiénes mejor que ustedes para volcarse entonces llevando en la palabra hablada lo que hicieron antes con la palabra escrita. Por eso, yo tengo derecho a decirles que si en el carbón o en las empresas estatizadas, en el salitre y también en el cobre, los trabajadores están produciendo más. Yo sé que los campesinos hoy tienen conciencia de que tienen que trabajar más la tierra, porque Chile reclama y necesita más alimentos para el pueblo y que ellos serán un factor esencial en este proceso. Y que ellos tienen que entender que el proceso de explotación y trabajo de la tierra forma parte del gran proceso del desarrollo económico nacional, de la misma manera que el trabajador del cobre debe entender que los excedentes que da la economía chilena, deben estar al servicio de Chile y los chilenos. Ustedes entonces están por su cultura, por los medios de información, en las mejores condiciones y si hay trabajo voluntario, y tendrán que realizarlo los obreros y los campesinos, los profesionales como ustedes no deben ser remisos en esta gran tarea de elevar la conciencia de las masas populares. Y yo los quiero ver fundidos con el pueblo en las poblaciones callampas, llevando el mensaje revolucionario del pueblo y del Gobierno Popular.
Ahora bien, hay otra manera, a mi juicio, de doblegar la indiferencia de algunos y la tozudez de otros e inclusive de colocar a los empresarios en situación difícil. Por qué no plantear coordinadamente grandes campañas, que tienen que ser de interés nacional. Estamos, por ejemplo, frente a un hecho, el más importante, el más trascendente de la historia de Chile, la recuperación para nosotros de la riqueza fundamental de la patria, que es el cobre. Pero no es sólo el que se dicte una ley o que se promulgue la reforma constitucional que nos va a permitir nacionalizar sin apellidos esta riqueza. Habrá todo un proceso y durante este proceso hasta ser en definitiva dueños, repito, de esta riqueza esencial, tendremos extraordinarias dificultades y tendremos que confrontar peligros, en contra del desarrollo normal de nuestra economía, y amenazas. Vamos a herir intereses, aunque no queramos, y no es nuestro propósito apropiarnos de lo ajeno. Pero siempre se encontrará que las indemnizaciones que después de estudios serios podemos pagar serán exiguas y siempre se buscará la manera de decir que nosotros hemos roto el respeto internacional al derecho de los inversionistas. Es fundamental, entonces, hacer entender que esta batalla es de Chile y es del pueblo y que es una batalla en que debemos estar empeñados todos nosotros, porque no hay ninguna posibilidad de romper la dependencia económica e impulsar el desarrollo económico y social de Chile, si Chile no es dueño de sus riquezas fundamentales. Cómo no hacer entender que si acaso no hay un cambio de régimen y sistema, será imposible que Chile pueda disminuir la distancia extraordinaria que hay entre el desarrollo alcanzado por los países del capitalismo industrial y los países socialistas, frente al retraso que implica miseria moral y fisiológica en que se debaten los países en vías de desarrollo; en que se debate, por ejemplo, Latinoamérica. Cómo entonces no aportar ustedes la fuerza de su convicción para hacer entender que la lucha por el cobre implica además de las resistencias que tenemos que vencer y derrotar, crear la imagen auténtica en el campo internacional ele que esta batalla no obedece a un revanchismo, sino a una necesidad fundamental de Chile y su destino. Cómo no hacer entender las condiciones en que nos encontramos. para que el pueblo entienda la responsabilidad que asumimos desde el momento que los técnicos que han trabajado en esas empresas se van voluntariamente de Chile, porque forman parte de empresas que tienen raigambre internacional e inversiones en otras latitudes y ellos tienen una carrera que, indiscutiblemente, a estos técnicos les permite más posibilidades materiales en otras partes. Cómo no hacer entender que por lenidad, por estulticia, por incapacidad y cobardía se ha aceptado que en Chile los técnicos chilenos sólo llegaran hasta determinados niveles del manejo de esas empresas, y hoy nos encontramos frente a dificultades técnicas que serán superadas, pero que son extraordinariamente difíciles de superar. Cómo no hacer entender a ustedes también la responsabilidad que tienen los trabajadores del cobre, Yo he visto con inquietud, compañeros periodistas de izquierda, he visto con dramática inquietud que no hay una comprensión del problema que Chile está viviendo, y la proyección histórica del paso revolucionario que hemos dado, cuando por ejemplo se han planteado los reajustes, y hemos visto la responsabilidad de la Central Única de Trabajadores para llegar a un acuerdo con el Gobierno frente al reajuste de los sectores públicos y lo que representa una ley de reajustes que no sólo está destinada a compensar el alza que tuvo el costo de la vida, sino que la Central Única de Trabajadores proyecta su acción no sólo en función de lo justo que es este reajuste, sino en función de los cambios estructurales que Chile necesita. Pero por otra parte, hay compañeros que no entienden que si en el sector público hemos planteado, por ejemplo, un reajuste máximo de un 35 por ciento, porque pueden en función de lo que representan para el interés nacional estas empresas, lanzar demandas que rompen todas las posibilidades de control de la inflación y la no alza de precios. Cómo no hacer comprender que la etapa que está viviendo Chile en este instante, por ejemplo, es de un poder de compra extraordinario en manos de las masas populares, desde el momento que el reajuste ha Significado al mismo tiempo la posibilidad de compra frente a la detención' de los precios. y cómo no hacer entender que se están agotando los stocks, y que tenemos nosotros que impulsar el proceso productivo de tal manera que no nos encontremos de aquí a dos o tres meses con que no podemos surtir la demanda que el pueblo tiene derecho a' que sea respondida frente a sus necesidades esenciales. En este instante, por ejemplo, ya apunta la tentativa deshonesta de algunos industriales que están exigiendo un mayor precio para entregar materias, ¿a quiénes?, a los comerciantes que los ponen a disposición del público. Cómo no hacer entender que en ello pueden contribuir fundamentalmente ustedes. Que no podemos seguir tolerando el ausentismo que en algunas actividades fundamentales de Chile marca la ausencia de obreros y empleados una o dos veces a la semana. Y que llegan en algunas empresas a niveles íncreíbles. Cómo no hacer entender por ejemplo, que los obreros del cobre también deben trabajar media hora, una hora o dos gratis voluntariamente, a la semana, porque produciendo más cobre, Chile se salvará de la crisis económica' a que nos quieren precipitar. Cómo no hacer entender que los trabajadores del cobre no son dueños de las minas del cobre, sino que son dueños en La parte en que ellos forman parte del pueblo, y que por lo tanto estas riquezas fundamentales son del pueblo de Chile y no podemos tolerar que las presiones impliquen privilegios fundamentales' para determinados sectores, mientras miles de chilenos no tienen trabajo, ni un pedazo de pan que llevarse a la boca.
Por eso es importante arrastrar, empleo deliberadamente este término, arrastrar mentalmente y no físicamente a mucha gente e inclusive poner en el disparadero a las empresas, por ejemplo, porque, ¿qué argumentes tendr1an, cómo podrían impedir que ustedes plantearan la necesidad de que todos los diarios impulsaran una gran campaña en defensa de los niños, una campaña frente a las diarreas infantiles, una campaña, por ejemplo, por el invierno? Es una manera de colocarles a ellos en la picota y obligarlos a entender que hay problemas que están más allá, inclusive, de sus bastardos intereses. Que no son intereses nuestros, sino en función del gran interés nacional. Por eso les sugiero, compañeros, que lo hagan y que busquen la manera de obligarlos a entender que aunque les duela no podrán negarse a informar sobre los hechos que tienen tanta importancia para el futuro nuestro, como son los niños de Chile y los ancianos de la patria. Cómo defender a la gente de las inclemencias del tiempo, cuando ha chapoteado siempre en el barro, y el viento y la lluvia ha azotado lo que es la feble casa, aparentemente casa, en que ha vivido. De la misma manera quiero, y para terminar mis palabras, decirles a ustedes y ya lo han expresado aquí, que la unidad, la unidad de ustedes fortalece el rendimiento de todos ustedes, con un 30 por ciento -y hoy lo tenemos y más- en los medios de información. Si acaso hay un pensamiento uniforme, si hay una actitud de vigilancia, si acaso hay una comprensión de la gran tarea histórica, y si cada periodista de izquierda comprende que la designación que reciba es un frente de batalla y de lucha, nosotros podremos lograr efectivamente una influencia cada vez más fuerte, más creciente, más profunda, en la conciencia nacional y esto tiene que estar afianzado, primero en la voluntad unitaria, en la férrea voluntad unitaria de los periodistas de izquierda. Que no haya sectarismo, que no haya desconfianza, que no haya la lucha fratricida entre nosotros. La Unidad Popular permitió la victoria del pueblo. La Unidad Popular es la defensa del Gobierno Popular, la Unidad será la barrera granítica con que se estrellarán las tentativas sediciosas, vengan desde fuera o desde dentro. La Unidad Popular, permitirá denunciar la opresión económica y la tentativa subversiva extralegal. La Unidad Popular es y será el arma definitiva con que nosotros podremos tener la certeza de aplastar ideológicamente a nuestros enemigos. Por eso, también he señalado antes de la batalla electoral municipal y después de ella, que si tienen importancia los votos, tiene mucho y mucho más importancia el hacer de cada votante una conciencia revolucionaria. Cuando sacamos un millón, 50 - 60 mil votos era una tarea. Ahora que hemos sacado un millón 400 mil votos es una tarea mucho más dura, es una tarea mucho más profunda y es una tarea mucho más necesaria. No podemos permitir nosotros que sólo un entusiasmo transitorio, sólo la motivación de ir a votar para demostrar que somos los más, se mantenga, necesitamos que ese millón 400 mil votos se conviertan en un millón 400 mil conciencias revolucionarías, que comprendan perfectamente bien el significado de la lucha del pueblo y de Chile y en ello tienen ustedes también una gran tarea que cumplir y reclamo esta tarea porque es fundamental, compañeros. La historia nos enseña cómo los movimientos popularistas, grupos, partidos o corrientes de opinión han crecido como espuma para desaparecer con el tiempo. A mí me interesa la Conciencia, la columna vertebral, la base gran1tica de obreros que no sólo tengan su conciencia de clase, sino la firmeza de las convicciones emanadas en el diálogo y sobre todo en la discusión ideológica. Por eso, lo que nosotros tenemos por delante es hacer que ese millón 400 mil votos, que para los derrotados son votos, sean para nosotros un millón 400 mil conciencias graníticas que van a defender el presente y el futuro de nuestra patria.
Aunque personalmente no me compete plantearlo, me parece útil y necesario decirles que yo creo que ustedes deben luchar por modificar la ley del Colegio de Periodistas y además y por qué no decirlo, de estudiar la manera de cómo pueden estar más presentes en esta etapa de transición en las propias empresas. Ustedes pueden luchar por el derecho a que los periodistas escriban una vez a la semana, ojalá una vez al día, parte de una página o una página en que expongan ustedes lo que efectivamente piensan. y también creo que no es conveniente que se olviden que también pueden llevar al periodismo la posibilidad del cooperativismo, de tal manera que no sólo sean los empresarios los dueños de los medios de difusión, sino todos los trabajadores que trabajan en esas empresas.
Pienso que es fundamental modificar la ley del Colegio de Periodistas para darles mayores atribuciones, para que defiendan mejor las posibilidades de tipo material, y es justo que se defiendan como una reivindicación, pero más que eso las expectativas del respeto a la dignidad de la profesión y al futuro de la profesión. Pienso también que un Colegio de Periodistas, en donde el pensamiento de ustedes alcance la profundidad que debe alcanzar, tendrá un nuevo sentido y una nueva concepción de 1a ética periodística y tendrá la autoridad para separar a los mercaderes de la noticia y a los periodistas que escriban a tanto el centímetro, siempre que sea bien pagado para injuriar, y aquellos otros que defienden ideas y principios. Por eso sostuve hace poco tiempo atrás en Valparaíso que yo era respetuoso no del periodismo objetivo, que no existe, sino del periodismo con ideas y con principios, pero que sean ideas y principios, que tengan la firmeza de defenderlos dentro de los marcos de una honrada ética profesional.
Por eso, para terminar mis palabras, nada mejor para ustedes, periodistas de izquierda, que recordar el pasado, mirar hacia el comienzo de nuestra patria, cuando el fraile de la buena muerte empezara a abrir una conciencia para fortalecer el espíritu de la independencia nacional; nada mejor que recordar a Luis Emilio Recabarren, el que sembrara de pequeños periódicos obreros y en la conciencia de los trabajadores la grande y fecunda semilla, también, de la rebelión y la dignidad de la clase. Nada mejor que recordar a un periodista que cayera acribillado, porque denunciaba delitos: Meza Bell y nada mejor que recordar a aquel otro que combativo en su patria, muchas veces no pudo ejercer como periodista, que trabajó de vendedor de libros, que tuvo actividades distintas y comprendió que en la lucha de los pueblos no hay fronteras y que regó con su sangre generosa la tierra de otro país para señalar hasta dónde puede el hombre ser consecuente con sus ideas, Elmo Catalán.
Publicado en el Suplemento de la edición nº 129 de Punto Final (27 de abril de 1971).

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